El East End
Con la denominación de «East End» londinense se nombra tradicionalmente el núcleo histórico del este de Londres, más allá, por tanto, de las murallas romanas y medievales de la ciudad y al norte del río Támesis. Esta zona de la ciudad comenzó a emerger ya en plena edad media, absorbiendo grupos poblacionales fuera de las murallas, acelerándose su crecimiento en el siglo XIX.
La primera constancia escrita del East End como entidad propia data de 1720, con la publicación de la «Encuesta de Londres» (Survey of London) de John Strype. Allí se declara que Londres consta de cuatro partes: La Ciudad de Londres, Westminster, Southwark y «esa parte más allá de la Torre». Con ese apelativo, «más allá de la Torre», hacía Strype referencia a la parte urbanizada de la «División de la Torre», esto es, la zona que, desde tiempo inmemorial, debía servicio militar a la Torre de Londres y que pasó a ser conocida como el East End.
Tres características principales suelen citarse al explorar la historia del East End londinense: pobreza, activismo social y migración (tanto inmigración como emigración); cada elemento de dicha terna está relacionado íntimamente con los otros dos.
Ya desde antes de 1800, el contraste entre el este y el oeste de Londres era evidente. Los historiadores ya hacían notar que en el East End las calles eran estrechas oscuras y mal pavimentadas, las casas viejas y ruinosas, y que allí vivían principalmente marineros, proletarios y judíos. Poco conocimiento y comunicación había entre una y otra parte de la ciudad, hasta el punto de que los habitantes del este y el oeste de Londres (East End y West End) no parecían siquiera habitar la misma ciudad.
El área, sin embargo, creció desmedidamente a lo largo del siglo XIX. Multitud de industrias, en especial las relacionadas con el mar, eligieron la zona para establecerse, en particular cordelerías y construcciones navales. Aunque la pobreza abundaba, surgieron varios movimientos para limpiar y adecentar los barrios bajos, cristalizando esas medidas con relativo éxito a partir de 1890.
Devil’s Acre
No todos los barrios bajos de Londres pertenecían al East End. Entre los pilares del estado inglés (Iglesia, Corona y Estado) representados por la abadía de Westminster, el palacio de Buckingham y el Parlamento, quedaba una zona habitada por una comunidad de mendigos, prostitutas, charlatanes y ladrones en la que ni la policía se aventuraba. Se trataba de Devil’s Acre, barrio que Charles Dickens hizo famoso en su revista «Household Words».
Las calles que componían Devil’s Acre eran Old Pye Street, Great St Anne’s Lane (hoy en día St Ann Street) y Duck Lane (ahora St Matthew Street). Se ubicaban en el antiguo curso del río Tyburn, muy cercano del Támesis, era una zona muy poco adecuada para la construcción de viviendas por su terreno inestable proclive al hundimiento. Hacia 1850 se le consideraba el centro del crimen, el vicio y la pobreza en Londres. Dickens era uno de los filántropos a los que la existencia de un sitio así escandalizaba, sobre todo por el contraste y cercanía de Westminster y de la sede del gobierno. No era el único en ver esa dicotomía, pero pese al auspicio de estos filántropos, poco se consiguió durante aquellos años para mejorar las atroces condiciones de vida del lugar. El área fue un reclamo para los misioneros de la época, pero aun así la población de la zona seguía creciendo y atrayendo a lo peor de la sociedad.
La cercanía del contaminado Támesis y la superpoblación existente en esos barrios plagados por la pobreza y las condiciones insalubres provocaron que enfermedades como el cólera hicieran del barrio su hogar y, de allí, se expandieran por todo Londres. Cuando al fin se hizo realidad un sistema de alcantarillado para la ciudad y se limpiaron las aguas empantanadas de sus calles, Devil’s Acre se convirtió en un área urbanizable bastante deseable y sus residentes fueron, poco a poco, desplazados a otras zonas para dejar sitio a nuevas construcciones.
Saint Giles Rookery
Tampoco Saint Giles Rookery se encontraba en el East End de Londres. El área tomó su nombre de una leprosería mandada construir por la reina Matilda en el siglo XII. Saint Giles (San Gil, o a veces San Egidio en español) era el patrón de los leprosos, pero también, por extensión, de los vagabundos, los parias y los lisiados. Las connotaciones de insalubridad y falta de higiene las acompañaron desde el inicio, y según algunas fuentes, las primeras víctimas de la Gran Plaga se dieron aquí.
Geográficamente Saint Giles se encontraba en el West End, cerca de Covent Garden, Soho y Bloomsbury. En la actualidad, la cruza la opulenta New Oxford Street, aunque ya nada queda del Saint Giles original.
En el siglo XVII la zona se hizo atractiva para extranjeros, sobre todo irlandeses y franceses, que huían de persecuciones en sus propios países. Aunque en un principio no era una zona pobre, durante el siguiente siglo los más acaudalados se fueron trasladando hacia el oeste, quedando «the Rookery» para los más empobrecidos. Este «Rookery» (en inglés hace referencia a una zona densa de viviendas de los barrios bajos) era un laberinto de callejuelas donde vivían los más pobres, aunque no faltaban tabernas y casas de huéspedes de la más baja estofa.
En el siglo XVIII se describía Saint Giles Rookery como el hogar de «irlandeses y extranjeros, mendigos y personajes disolutos y depravados». Una serie de ilustraciones publicadas en aquellos días representaba al barrio y sus residentes. A ellos se les consideraba producto y consecuencia natural de la bebida y el vicio, y lejos de verlos como víctimas, la sociedad de la época les profesaba poca simpatía. Sus residentes se consideraban casi una atracción de feria: gentes que buscaban cualquier oportunidad para ejercer su villanía y sus delitos.
La policía londinense no se internaba en aquel laberinto de callejuelas, lo que llevó a que, sino oficialmente, al menos sí de forma práctica, el «Rookery» era pácticamente un distrito propio. El siglo XIX trajo consigo aún más prostitución, crimen y suciedad. Aparecieron cada vez más «casas para vagabundos», establecimientos en los que se podían alquilar habitaciones, considerados caldo de cultivo para la aparición y la promoción de criminales. Su notoriedad y fama era tal que el consejo de la ciudad de Londres terminó llevando a cabo acciones para limitar su expansión. Una de las decisiones tomadas fue el desalojo y demolicion de muchos de los edificios del lugar para la construcción de la carretera de New Oxford, que debía comunicar los barrios de Oxford Street y Holborn. El resultado no fue tan satisfactorio a corto plazo: los residentes se desplazaron a las calles adyacentes, sobre todo hacia el sur, pero las condiciones de pobreza y criminalidad continuaron existiendo hasta el fin del siglo.
Si quieres saber más sobre el East End londinense, Devil’s Acre y Saint Giles Rookery, sigue alguno de estos enlaces:
- https://en.wikipedia.org/wiki/East_End_of_London
- https://historica.fandom.com/wiki/Devil%27s_Acre
- https://www.choleraandthethames.co.uk/cholera-in-london/cholera-in-westminster/the-devils-arce/
- https://landmarksinlondonhistory.wordpress.com/2017/12/06/st-giles-rookery-the-lost-london-landmark/
- https://en.wikipedia.org/wiki/St_Giles,_London
Este artículo forma parte de la serie de «Lugares, artilugios y otras locuras», relacionados con la novela «El falso espejo del rey Salomón».

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