Mientras que este blog encuentra el rumbo definitivo, ¿por qué no publicar una poesía? Ésta, a continuación, se titula «Me esperan días duros» y va sobre la muerte de mi padre.
A veces recuerdo el momento
en que dejaste de respirar
como un frigorífico que cesa en su empeño
y pensé que ya eras libre
y que cómo se me ocurre
mezclar ambos conceptos
Por fin, pensé.
Y ojalá siguieras vivo.
A veces me olvido de que tu voz ya no está
y a veces se me inundan los ojos
y busco algo que me entretenga de la certeza
de que me esperan días duros
y noches peores.
Afuera algo parecido a la vida continúa
y pienso que estoy solo
aunque me regalen de amor y de cariño
y que, maldita sea, es normal.
En tu ausencia
la sonrisa se me curva
y lo que más me duele
es la terrible audacia que tiene el tiempo
de curarlo todo
y lo que más me duele
es la insolente casualidad
de ser uno más que llora
y lo que más me duele
es no saber siquiera
qué es lo que más me duele
y lo que más me duele
es que no duela tanto.
A veces sucede que se abre el día
y a veces resulta que se cierran los cielos,
y se moja el asfalto, y lucen las flores
y es que acaso me esperan días duros
y noches peores.
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