Un epígrafe es una cita que se sitúa al principio de una obra literaria. «El falso espejo del rey Salomón» no tiene epígrafes, aunque a punto estuvo. Al final me decidí por no incluirlos, aunque tenía tres citas candidatas:
Me parece que el secreto de la vida consiste simplemente en aceptarla tal cual es.
San juan de la cruz
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo de los cielos tiene su hora.
Eclesiastés 3, 1
Cuando mires tu imagen en el espejo mágico, evoca tu sombra de niño; quien sabe del pasado, sabe del porvenir.
valle-inclán
Al final no me decidí por ninguna de ellas. ¿Por qué? Porque no eran «orgánicas», no resumían, ni inspiraban, ni arrojaban luz alguna sobre la trama o el tema del libro. En suma, habrían aparecido solo para cumplir el trámite de ser «la cita al principio del libro». No parece una buena razón para darles vida.
Reconozco que, en un mundo perfecto en el que pudiera elegir cualquier cita, sin restricciones económicas o de derechos, es probable que hubiera optado por algún verso de alguna canción de rock. Quizás, este par de líneas del Time is on my side de los Rolling Stones:
Like I told you so many times before
You’re gonna come back
Que traducido viene a ser algo así:
Como tantas veces antes te dije,
Vas a volver
El problema con utilizar letras de canciones en los epígrafes —como suele hacer Stephen King, por ejemplo— es que están sujetas a copyright y, para incluirlas legalmente, es necesario contar con el permiso del dueño de los derechos que —¡oh sorpresa!— suele pedir a cambio un estipendio económico. Quizás a Stephen King le sale a cuenta, pero al resto de los mortales…
El libro que me estoy leyendo actualmente tiene una cita maravillosa, no realmente por lo que dice, sino por quién lo dice. El libro es «En costas extrañas», de Tim Powers. Ésta es la cita:
… las almas sin amarras viajarán a la deriva,
William Ashbless
hacia costas más extrañas
que las que el hombre conoce, impulsadas
por vientos que no agitarían ni un cabello…
¿Por qué me ha parecido tan genial que Tim Powers utilice una cita de William Ashbless? Porque, al reflejar precisamente las palabras «costas más extrañas», da a entender que este poema inspira la novela o, al menos, el título de la misma. Lo cierto, sin embargo, es que el autor de la cita, William Ashbless, no existió. Es un poeta ficticio inventado por el propio Tim Powers y su amigo James Blaylock en sus tiempos de estudiantes para tomar el pelo a una revista universitaria. Powers utilizaría al propio Ashbless como personaje en su novela «Las puertas de Anubis».
Me temo que, elija la cita que elija en libros posteriores, nunca llegaré a estar a la altura del gran Tim Powers. Igual es mejor seguir sin epígrafes. O inventármelos.
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